No me gustan las costumbres aprendidas que no han sido cuestionadas, ni las voces solo mías que buscan llevarme por viejos caminos sin luz.
No me gusta perder; pero detesto perderme. No me gusta pensar que hoy no he aprendido nada, que la vida me pasó por encima y se me quedó corto el tiempo. No me gustan los momentos en los que encontrar la belleza me resulta complicado y no me gusta cuando caigo en la cómoda falta de fe. No me gusta cuando me voy a la cama y las piernas se me quieren mover. No me gusta cuando a medianoche, se me olvida dónde estoy. No me gustan los sueños perdidos, porque me saben a nada. No me gusta querer como quiero y pasear por las calles imaginando que no soy quien soy. No me gusta la impaciencia ni la rigidez de sus formas, ni lo que sienten las flores cuando se les cambia de casa demasiado pronto. No me gusta querer controlarlo todo, porque de qué va a vivir mi alma si le robo la sorpresa. No me gusta cuando tengo miedo, porque se me frunce el ceño y se me escapan las ganas. No me gusta la distancia entre su cuerpo y mi cuerpo ni ese creciente saber que debo dejarme ir. Translated to English I don't like ingrained habits that have gone unquestioned, or the voices, solely mine, that seek to lead me down old and obscure paths. I don't like defeat, but I hate losing myself. I don't like thinking that today I haven't learned anything, that life passed me by and time ran short. I don't like the moments when finding beauty becomes complicated, or when I fall into comfortable disbelief. I don't like it when I go to bed and my legs still want to move. I don't like it when, at midnight, I forget where I am. I don't like lost dreams because they taste like nothing. I don't like loving as I do or when walking down the streets I imagine I'm not who I am. I don't like impatience or the rigidity of its forms, or what flowers feel when they're moved to a bigger home too soon. I don't like wanting to control everything because what will my soul live on if I steal its surprise? I don't like it when I'm afraid because my brow furrows and my desires slip away. I don't like the distance between his body and mine, nor the growing awareness that I must let myself go.
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Me gusta ver el reflejo del sol adormecido en el retrovisor del carro cuando estamos volviendo a casa. Me gusta imaginar la oscuridad del barrio en el que vivo cuando por fin el viaje haya terminado y la costumbre haya llegado para reemplazar la sorpresa. Me gusta la conversación repetida ganándole al silencio y cuando acaricio su cuello en tensión por mantenernos a salvo. Me gusta abrir la puerta y curiosear el olor de la casa en la que vivimos. Me gusta cuando, al entrar, encuentro algo que dejé olvidado y extrañé mientras estuve lejos. Me gusta sentir las sábanas frescas que estratégicamente cambiamos antes de partir para abrazarnos al volver. Me gusta saborear el agua fresca de la canilla y pensar que tiene un sabor único y algún que otro poder sobrehumano. Me gusta revisar las fotos del viaje y elegir aquellas tres favoritas, esas donde la luz esconde lo que no quiero de mí. Me gusta volver al aburrimiento, a las tardes de balcón y crucigramas y al infundado terror a nuestra cómoda rutina. Me gusta la cena espontánea de pizza y ensalada porque no tuvimos tiempo de cocinar algo mejor. Me gusta su cara cansada con sus dos ojos rendidos que me miran con cariño; me gusta cerrar los míos sabiendo que el viaje no terminará jamás. Translation to English I like watching the sun's sleepy reflection in his car's rearview mirror as we journey back home. I like to imagine the darkness settling over the neighborhood where we live, as the journey concludes and familiarity replaces surprise. I like the repeated conversation defeating the silence and when I caress his neck, tensed to keep us safe. I like to open the home door and curiously smell the house we live in. I like when, upon entering, I find something I left behind and missed while I was away. I like to feel the fresh sheets we strategically changed before leaving to embrace us upon return. I like to savor the fresh water from the tap and think it has unique taste and maybe, some supernatural powers. I like to review the pictures of the journey and choose three favorites, those where the light hides the parts of me I don't want to see. I like to return to boredom, to balcony afternoons and crosswords, and to the unfounded terror of our comfortable routine. I like the spontaneous dinner of pizza and salad because we didn't have time to cook something better. I like his tired face with his two surrendered eyes, looking at me with affection; I like to close mines knowing that the journey will never end Hay niños que parecen hombres. Conservan la mirada joven pero tienen el cuerpo dolido y ese andar de la gente grande que se pierde en la impaciencia y el deseo insostenible de una vida más dócil. Las historias se repiten como sus juegos. Hay niños que juegan a dar vueltas como perros en la sala de espera; a ratos se pegan, a ratos se abrazan, se jalan, se empujan, se abren, se cierran. Tienen las piernas fuertes como quien sabe que tarde o temprano va a tener que salir corriendo. Su piel es tersa, inmóvil ante el futuro que todavía parece algo muy lejano. Hay niños que hablan dulce pero están amargos por dentro. Sus pequeños pies tocan el suelo todo el tiempo, asustados por el abandono. Se prometen cosas (como todos) y se creen las promesas también. Como cualquier otro niño, saltan alto ante el terror de las armas. Como cualquier otro adulto, esconden su pena con sonrisas. Son hijos de la amargura y parecen menos niños. Dejaron de serlo un poco, pero sin darse cuenta. Pasó cuando en el desastre, vieron arder su inocencia; cuando la luz clara del camino que acababan de empezar, se rindió ante las nubes. Son niños, es cierto, pero abrazan la muerte a diario en ese espacio profundo donde conviven la confusión y la ignorancia. No tienen culpa de haber crecido pronto, las historias se repiten como sus juegos y ellos no lo pueden cambiar. En las horas calmadas de la niñez saben reconocer la pena. Solo les queda esperar con ilusión el mañana y vivir hasta el día en que, maduros como un fruto, jueguen a caer sin miedo. Tengo una mente voladora que cuando se va muy lejos, olvida cómo volver.
Algunos días vuela bajo y se atasca entre las ramas sin saber cómo zafarse; otros, se eleva alto, hasta donde los árboles tocan el cielo y todo parece más claro. Tengo una mente cometa, que cuando la empuja el viento, se hace fuerte y cuando en la calma se agota, sobrevuela la tierra cerca, donde la hierba escribe historias y la paz es interrumpida por los pasos atrevidos de seres que la observan. Tengo una mente voladora que habla voces de otros tiempos, nunca para de viajar y jamás parece cómoda. Incluso en el vuelo más largo, se sigue admirando al ver que la vida pasa más rápido cuanto más la miras y la risa se hace más suave cuanto más te alejas. Es una mente incansable que va del antes al mañana sin casi quedarse conmigo. Tengo un pensamiento y otro y entre viaje y viaje, me pierde. Esta mente voladora es enemiga del descanso y solo se posa en la luna alguna vez cuando, cansada de vagar sola, encuentra a mi corazón, ese que siempre la espera. Dos grados calientan mi casa.
Despierto antes de tiempo y recuerdo la pesadilla. Me desorientan las voces que contienen tus palabras, repitiéndose a todas horas. A pesar del silencio, todo está desordenado. Despierto antes de tiempo e imagino la escena: la caótica ciudad, llena de gente sin nombre, se alza con edificios. Todo es sucio y nada encaja Todos cruzan avenidas a la vez Todos llaman la atención con sus bocinas y yo no escucho nada. Soy una continua creación de imágenes insonoras. Tus voces me nublan y me trastornan me despiertan antes de tiempo y me vuelven susceptible. Solo vuelves de vez en cuando y lo poco que me dices, retumba dulce y ronco una y mil veces en mí. 03/02/09 Hoy te escribí un grito desesperado.
Y me contestaste como la chica de Cementerio Club. Mi respuesta fue una promesa que jamás podré cumplir, por querer ser amenaza. Un segundo de diferencia, me defendí y creí ganar pero la sangre ya había teñido el suelo. No se puede entender tanto desastre consecutivo. La gracia divina se ensañó conmigo Mientras yo miro al sur, tu estás en su balcón. Eres la chica de la canción frío como el hielo, tenebroso y palpitante. Misterioso y fantasmal. Lejano por imposible. Mi cabeza dando vueltas, mis ojos abriendo y cerrando instantes.
El tiempo medido en el alma puesta en cada movimiento y la esencia de cada imagen tomada, que es un soplo de vida extinto; como una llama encendida que a veces parece ida, pero incluso quieta, arde. Si viviera en el mar, mi cuerpo sería aire y mis pensamientos peces.
Mi alma cabalgaría las olas y contaría sus gotas. El tiempo se pararía en la luna y el sol me contaría sus penas. Seríamos uno en el mundo. Si viviera en el cielo, mi cuerpo sería agua y mis emociones aves, Mi alma flotaría en las nubes y disfrutaría en la lluvia. El tiempo moriría en el campo y el viento amasaría mis dudas. Seríamos uno en el mundo, seríamos nada. Si viviera en la tierra, mi cuerpo sería arena y mis sentimientos flores, mi alma rodaría en la hierba y descansaría en el río. El tiempo acabaría encerrado y el fuego abrasaría el dolor. Seríamos uno en el mundo, seríamos nada, seríamos libres. La rapidez del tiempo choca contra su piel sin golpearlo; se acerca hacia él penetrando cada uno de sus poros, hasta llenar de a pocos todos los espacios vacíos de su humilde humanidad.
Es entonces cuando deja de tener sentido lo que parecía sensato y vuelve la imagen del desierto en la que él, un solitario paseante, acepta luchar contra el viento. Mil tormentas de arena recorrerán su voz y cuartearán su piel, pero... ¿en qué momento perderá de vista el rumbo? ¿en qué lugar del cielo se meterá el despistado? Fue en el azul más correcto donde su mirada encontró algo: la belleza absoluta de un espacio oculto entre tinieblas, donde todas las corrientes le atraviesan sin hacerle daño. Mi alma brilla y mi mente vibra.
Mi cielo gris se siente bello escondiendo al sol (Solo para mi) Mi agua silenciosa no choca contra el suelo, sino que lo acaricia. Y mientras los dulces buscan a sus dioses entre la nube y sus gotas, mientras la calle y el poste se empapan de tierra, mientras la luz se apaga y la vida se enciende... mi alma brilla. Mi mar violento se calma buscando a la luna. (Solo para mi) Mi lento caminar se desespera y mientras las flores nacen, aman y mueren. Mientras el barro ensucia mi piel ardiente, mientras el viento sopla y las letras borra, mi alma brilla. Mi amor se agota y se busca entre lenguas y manos. Mis hojas caen cubriendo el pasto. Y mientras las horas van y las voces pasan, mi lucha encuentra cada vez menos rivales. Mientras el fuego arde y el río enfría, mientras la madre canta y la niña duerme... mi alma brilla. Brilla solo para mi. |
autoraTextos cortos, prosa poética y poesía. Archivos
April 2024
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